Aunque estaba claro que su salud había empeorado últimamente, tenía la esperanza de que un milagro lo mantuviese con nosotros durante muchos más años. Se va un genio, un visionario que ha revolucionado el mundo. Está claro que todos los productos que ayudó a desarrollar serán técnicamente superados con el paso de los años e incluso algunos de ellos ya lo son, pero nadie podrá quitarle el mérito de el momento en el que fueron lanzados. Todo el mundo pensó que estaba loco cuando sacó su reproductor MP3 a unos precios desorbitados. Nadie daba un céntimo por su iPod. Hoy en día y después de haber vendido millones de unidades, no existe una persona que no lo conozca y raro es quién no tiene uno o conoce a una persona que lo tiene. Igual pasó con el iPhone y lo último el iPad. Su forma de llevar las riendas de la empresa le ayudó a remontar esta cuando estaba en una crisis que parecía definitiva y hoy en día es la empresa tecnológica más importante del mundo.
Como dicen en la página oficial de Apple, "Su espíritu siempre será el espíritu de Apple". Ahí queda eso.
Se nos ha ido otro genio.
Descansa en paz.
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